Cambio de perspectiva: la crisis y su beneficio

El hecho de que la mediación sea un método eficaz para resolver los conflictos de forma autodeterminada y sostenible ha quedado demostrado en diversos niveles de convivencia, trabajo y comercio. El método de mediación en sí mismo rara vez se cuestiona, pero sin embargo la mediación está menos extendida en la mayoría de los países de lo que cabría esperar tras sopesar todos los argumentos a favor y en contra. Sobre todo si se tiene en cuenta el índice de éxito del proceso, que se estima en más del 80% de todos los procesos de mediación iniciados en Alemania, por ejemplo, es difícil entender por qué no se elige la mediación con mucha más frecuencia como solución alternativa de conflictos.

Un obstáculo, y esto se aplica a varios países con estructuras muy diferentes, sigue siendo el desconocimiento de la disponibilidad de la mediación. Otro obstáculo es la autodeterminación del proceso. Lo que es descrito como una de las mayores ventajas por los profesionales y las partes en conflicto que han elegido la mediación - es un factor prominente de incertidumbre en la decisión a favor o en contra del procedimiento. En la mayoría de las culturas estamos acostumbrados a que otros tomen decisiones por nosotros cuando las cosas se ponen difíciles: padres, ancianos, líder jerárquicamente superior, jueces, árbitros. Esto siempre ha sido así: tomar el conflicto en nuestras manos y encontrar una solución conjunta nos parece poco familiar a las empresas, los abogados y otras partes del conflicto. Alien asociamos con mayores riesgos - riesgos con pérdidas potenciales - el rechazo a la mediación es obvio.

Y hay otro factor que nos impide resolver nuestros conflictos comerciales a través de la mediación: la compleja situación de las diferentes legislaciones en los distintos países. El comercio es global - existen leyes y procedimientos transparentes para la circulación de mercancías - pero la resolución de conflictos es en gran medida local. El Convenio de Singapur es una innovación pionera en este ámbito. La aplicación transfronteriza de los acuerdos de resolución es el resultado de la mediación. Para los Estados implicados, el mundo se acerca: no sólo podemos comerciar, sino que también podemos resolver conflictos juntos.

El 2020, un año que no necesariamente será recordado positivamente, nos ha dado un regalo para la mediación transfronteriza: la nueva normalidad digital.

Si durante años hemos cogido el avión, el tren o el coche, hemos hecho largos viajes, atascos y nos hemos quedado en frías habitaciones de hotel para poder reunirnos con colegas y socios comerciales, ahora hacemos clic en "iniciar videoconferencia". Hemos pasado por una empinada curva de aprendizaje, mientras que a principios de año la mayoría de los participantes de una conferencia se sentaban apenas visibles en salas oscuras y sólo después de 10 minutos, gesticulaciones salvajes de todos los participantes y pruebas de cámara y sonido la mayoría de ellos estaban conectados. Ahora vemos a personas bien iluminadas, frente a fondos profesionales con sofisticadas técnicas de moderación y trabajo digital. Las pequeñas reuniones, las grandes conferencias, la enseñanza, la cercanía a la familia... todo es digital. La gente ha perdido la timidez de verse y hablar, aunque la otra persona no esté físicamente presente, ha aprendido a leer mejor a los demás, aunque no se vea el cuerpo sino sólo la cara y la voz. Hemos desarrollado una nueva competencia y seguimos desarrollándola: la comunicación eficaz en el espacio digital.

Esto es una ventaja para la mediación, especialmente para las mediaciones entre partes que están a muchos kilómetros o incluso a un océano de distancia. La mediación en línea se ha convertido en la nueva normalidad también aquí. Al principio, los conflictos se posponían con la esperanza de que el virus desapareciera pronto. Cuando quedó claro que esto llevaría tiempo, se optó por la mediación en línea como método "cuando no hay otra manera", como un compromiso - pero pronto quedó claro que la resolución de conflictos en el espacio digital es más que eso: permite flexibilidad, acción rápida, intercambio rápido de documentos, documentos gestionados digitalmente como borradores de acuerdos, traducción sincrónica en un segundo canal de audio, documentación más fácil y, finalmente, ahorro de CO2.

La confianza en sí mismo de los implicados en la comunicación digital se ha forjado en muchas horas de discusiones no conflictivas entre colegas o en equipo y nos ayuda a conseguir resultados buenos y sostenibles en situaciones conflictivas, incluso digitalmente.

Sería deseable que, si mantenemos esta normalidad, facilitemos el acceso a la mediación y trabajemos en la mejora de nuestras habilidades y métodos de mediación y moderación digital. Esta nueva normalidad no sustituirá nuestra antigua normalidad, y eso es bueno, pero tendrá el potencial de utilizar la mediación de forma más flexible y hacerla ampliamente accesible. Con este nuevo escenario cabe esperar que la convención de Singapur para la aclaración de conflictos transfronterizos se convierta en una pandemia positiva que no sólo llegue a unos pocos países, sino que se active a nivel mundial.