COMUNICACIÓN NO VIOLENTA I

COMUNICACIÓN NO VIOLENTA I

¿Cuáles son las causas de los conflictos? ¿Por qué algunas personas mantienen la calma y permanecen en aguas seguras incluso en las situaciones más problemáticas, mientras que otras escalan hacia la violencia?

Todo conflicto implica una serie de emociones. En muchos casos, las emociones hacen que surjan los conflictos, y centrarse en ellas ayuda a superarlos. Llegados a este punto, conviene centrarse en el efecto de la comunicación no violenta en la resolución de conflictos.

Hay ciertos pasos para la comunicación no violenta. No basta con aprender cuáles son estos pasos para establecer una comunicación no violenta. Estos pasos deben practicarse e integrarse en la vida cotidiana. Deben ponerse en práctica en las relaciones familiares, el entorno laboral, la amistad y la vida social.

El primer paso es introducir cambios en nuestro lenguaje y nuestras habilidades comunicativas. Hay ciertos estereotipos que se han creado inconscientemente en respuesta a lo que oímos en nuestra vida cotidiana. Al cabo de un tiempo, las personas con las que pasas tiempo habitualmente podrán predecir cómo responderás a las preguntas. Esto se debe a que el uso de ciertas frases se convierte en un hábito. Estas frases suelen ser un reflejo de nuestros mecanismos de ataque o defensa. En lugar de centrarnos en lo que dice la otra persona, nos ponemos a la defensiva y utilizamos las frases que hemos convertido en un hábito. Para tener una comunicación no violenta, necesitamos salir de nuestros hábitos y centrarnos en lo que la otra persona realmente quiere decirnos.

El segundo paso consiste en cumplir los 4 pasos del proceso de comunicación no violenta. El primer paso es la observación. La persona debe liberarse de todo juicio subjetivo y comprender únicamente lo que la otra persona quiere expresar o la situación a la que se enfrenta. En esta fase, es importante no involucrar las emociones en la observación. La etapa en la que intervienen las emociones es la segunda. Examinamos cómo nos hace sentir la expresión, libres de nuestras evaluaciones personales. La tercera etapa es la de las necesidades. Identificamos nuestras necesidades relacionadas con los sentimientos en cuestión. La última etapa es la de la petición. A partir de nuestras necesidades, expresamos lo que pedimos a la otra persona.

Por ejemplo, imagine que en la oficina donde trabaja, el modelo de trabajo es un espacio abierto. Tienes un plazo importante, pero tus compañeros están inmersos en una conversación. En este caso, tu afirmación podría ser algo como: "Me siento incómodo cuando charláis en el espacio de trabajo porque no puedo concentrarme en lo que estoy haciendo. ¿Podéis continuar la conversación fuera?".

Cabe señalar que la persona con la que intentas comunicarte mediante la comunicación no violenta no tiene por qué conocer o seguir estos pasos. Mientras sigas estos pasos, podrás cambiar el terreno de la comunicación e implicar a la otra persona en este proceso.

La mediación es una forma alternativa de resolución de conflictos en la que el tercero mediador desempeña un papel activo en el proceso. Esta mediación también incluye llevar el terreno de la comunicación al punto de la comunicación no violenta. Cuando examinamos los principios de la mediación, vemos que se solapan con las etapas de la comunicación no violenta. El mediador debe mostrar empatía pero no simpatía hacia las partes en el proceso de negociación. Debe ser imparcial. De este modo, puede observar a las partes y transmitir sus sentimientos a la otra parte con una comunicación clara y no violenta.

La comunicación no violenta no se limita a estas etapas. Seguiremos examinando diferentes etapas de la comunicación no violenta en nuestros artículos upcıming.

Rosenberg, Marshall B., "Comunicación no violenta, un lenguaje de vida", 2015 p. 1-31.

Arzum Beyza Çimen