
Existen diferentes métodos de resolución de conflictos.
No es saludable que los abogados se clasifiquen a sí mismos como abogados de arbitraje o abogados de litigio o abogados de mediación. Tienen que reconocer los puntos fuertes y débiles de cada método y pensar en cómo pueden mejorar sus prácticas y sus servicios para sus clientes.